En las riberas del famoso Henares, que al vuestro dorado Tajo, hermosísimas pastoras, da siempre fresco y agradable tributo, fui yo nacida y criada, y no en tan baja fortuna que me tuviese por la peor de mi aldea.
Primer libro de Galatea
Declarada el 2 de diciembre de 1998 Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Alcalá de Henares es la ciudad que vio nacer a Miguel de Cervantes. Allí nació su padre, don Rodrigo de Cervantes, y allí se desposó con doña Leonor de Cortinas en 1543. Durante los primeros años de matrimonio, en esta misma localidad, nacieron cinco de sus hijos, entre ellos Miguel, un 29 de septiembre de 1547.
Si nos remontamos unos siglos atrás, Alcalá de Henares resurgió como ciudad con el descubrimiento del enterramiento y los restos de los Santos Niños Justo y Pastor. Este acontecimiento animó al Obispado a asentarse en esta zona y trajo consigo un crecimiento paulatino del núcleo urbano en torno a la actual Catedral Magistral. La ciudad, durante estos primeros años de la Edad Media, se articulaba en tres barrios, como sucede en otras ciudades españolas como Toledo o Córdoba: el barrio cristiano, la morería y el barrio judío.
Este último era conocido por su calle principal (actual calle Mayor), una vía porticada que aglutinaba gran parte del comercio judío de Alcalá de Henares. Fue en esta calle donde, años más tarde, se alojó la familia Cervantes, en un hogar que lindaba con el Hospital de Antezana (fundado en 1485 en el antiguo palacio de don Luis de Antezana y de doña Isabel de Guzmán). Hay constancias en las fuentes documentales de otro inmueble adquirido por Juan de Cervantes, el abuelo del escritor. Se conocía como la Casa de la Calzonera y se ubicaba frente a la vivienda familiar de Miguel de Cervantes, donde actualmente se erige el Museo Casa Natal de Cervantes.
El centro de la ciudad, que en siglos anteriores había sido la zona de la Catedral Magistral, se trasladó a la plaza del Mercado (hoy conocida como plaza de Cervantes). Antes del nacimiento de Miguel de Cervantes, esta plaza se encontraba extramuros. Durante el siglo XV se fue repoblando y se fueron levantando edificios tan emblemáticos de la época como la ya desaparecida Iglesia de San Juan de los Caballeros, la parroquia de Santa María la Mayor, con sus capillas de Luis de Antezana y del Oidor (actual Centro de Interpretación donde se expone un facsímil de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes y una reproducción de la pila bautismal donde recibió las aguas).
Esta zona fue la elegida en 1499 por el Cardenal Cisneros para fundar su Universidad, lo que supuso el impulso definitivo para la ciudad de Alcalá de Henares. Abrió sus puertas en 1508 y con ella llegaron los años de pujanza económica y, sobre todo cultural. Por allí pasaron personajes como Antonio de Nebrija, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina, entre otros.
La Universidad estaba integrada por varios colegios religiosos y seglares. El Colegio Mayor de San Ildefonso, sede de la actual universidad, es el más reconocido gracias a su fachada, trazada por Rodrigo Gil de Hontañón, en 1537, en estilo plateresco. Este edificio y los colegios trajeron consigo un aumento de población: según los datos del censo de Castilla, los vecinos de Alcalá rondaban los 2.000 a mediados del siglo XVI.
Con la llegada de los estudiantes comenzaron a abrirse nuevos negocios: librerías, tenerías, carnicerías, etc. Uno de estos nuevos negocios a destacar, por si vinculación con Miguel de Cervantes, es la imprenta de Juan de Gracián, donde el librero complutense Blas de Robles encargó en 1585 imprimir La Galatea. En el número 9 de la actual calle Libreros, cuyo nombre ya nos indica que allí se encontraban las librerías y las imprentas, se encuentra la placa que recuerda ese lugar cervantino.
Además del movimiento mercantil, la ciudad se abrió a nuevas ofertas festivas y culturales. Así en 1602, se erigió el Corral de Comedias de Alcalá. Encargado al carpintero Francisco Sánchez, siguiendo la trazas de los Corrales del Príncipe y de la Cruz, de Madrid, se construyó este espacio en el que las compañías de representantes, como la de Nicolás de los Ríos y la de Gaspar de Porres, llevaron a escena varias de las comedias que Miguel de Cervantes escribió a partir de 1585.
Otro lugar cervantino es el Antiguo Colegio de la Madre de Dios de los Teólogos (actual colegio de Arquitectos). Situado en el callejón de Santa María, allí se ubicó la Fe de Erratas que debían adjuntar todos los libros publicados, con los errores tipográficos cometidos al llevar a imprenta el manuscrito. Gracias a la primera página de El Quijote, sabemos que el 1 de diciembre de 1604, en este colegio de la Universidad de Alcalá, el licenciado Francisco Murcia de la Llana certificó con este testimonio que no existía ningún error en la transcripción del original.
El último lugar que relaciona Alcalá de Henares con Miguel de Cervantes data del 2 de julio de 1613. A semejanza de sus hermanas Andrea y Magdalena y de su esposa Catalina, el escritor ingresó como novicio de la Venerable Orden Tercera de San Francisco. Seguramente quiso hacer sus votos en presencia de su hermana Luisa.
Sor Luisa de Belén, como se la conocía en este convento de carmelitas descalzas, pronto sería elegida priora del convento de la Imagen, y lo fue en tres ocasiones. Este convento, situado en el nº7 de la calle Imagen, había sido fundado como institución en 1563 por la beata sor María de Jesús, bajo el patronazgo de Dª Leonor de Mascarenos.
Reproducción de la pila bautismal de Cervantes