Cocina

La cocina era, en el Siglo del Oro, un lugar de reunión de las familias. La que aquí se presenta, pese a sus reducidas dimensiones, está ambientada como si fuera utilizada actualmente: bodegones de frutas y verduras; tarros con especias, tan utilizadas en la cocina mediterránea e islámica; sacos con semillas, hierbas aromáticas, como el perejil o la hierbabuena; frutos secos, platos, vajilla y todo el instrumental convenientemente atrezado y dispuesto para ser utilizado por los habitantes de la casa. Tiene una gran chimenea de lumbre baja de la que pende una gruesa cadena con un caldero de cobre. Para sujetar los recipientes sobre el fuego se usaban las trébedes, utensilios de hierro en forma de aro o triángulo que apoya en tres pies. 

Una gran tinaja de barro, situada en uno de los extremos, contenía el agua que las mujeres de la casa extraían del pozo del patio.

Una gran variedad de útiles de equipamiento doméstico de todo tipo y material están distribuidos por esta sala: calderos, cántaros, sartenes, cazos, almireces, cuencos y platos, cuyo uso, muy arraigado en esta zona castellana, ha pervivido en algunas áreas rurales casi hasta nuestros días. Esta cocina ofrece además un rico mobiliario popular.



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